Las poblaciones racializadas en Argentina, principalmente las afrodescendientes son una de las más afectadas en lo que refiere a los sistemas de justicia y la represión estatal, evidenciada por: a. la construcción de perfiles raciales; b. la excesiva presencia y vigilancia por parte de las fuerzas de seguridad en las zonas populares mayormente habitadas por “no blancos”; c. excesivo número de personas no blancas en los lugares de detención, tanto en los centros de detención preventiva como en las penitenciarías; d. uso excesivo de la fuerza que muchas veces conducen a asesinatos selectivos por parte de las fuerzas de seguridad, fenómeno conocido como “gatillo fácil”.
Es por lo mencionado, que desde el programa Dale Más Afro, impulsado por Impacto Digital, desarrollamos un glosario para que pueda conocer términos básicos para que puedas identificar una situación de discriminación racial y acceder a la justicia.
Discriminación racial
Una persona afroargentina es alguien nacida en Argentina que tiene antepasades de origen africano. La población afro ha estado en Argentina desde la época colonial hasta hoy, formando una comunidad diversa. Esta comunidad incluye descendientes de personas que fueron esclavizadas, migrantes de Cabo Verde que llegaron en el siglo XX y nuevas migraciones de países africanos como Senegal, Mali, Camerún y Ghana.
Debido al mestizaje, algunas personas afroargentinas pueden no tener rasgos físicos típicos de su origen, como piel oscura o pelo rizado. Sin embargo, siguen siendo afroargentinas porque se trata de sus antepasades y no sólo de su apariencia.
Una persona afrodescendiente es alguien que tiene antepasades africanes y nació fuera del continente. Esto incluye a quienes descienden de las personas esclavizadas en la época colonial, así como a quienes descienden de las migraciones posteriores desde el continente africano.
Al igual que en el caso de las personas afroargentinas, este término se basa en el origen africano de las personas, no en su apariencia física como el color de la piel o el tipo de cabello. En resumen, afrodescendiente se refiere a los descendientes de la diáspora africana en todo el mundo.
La apropiación cultural ocurre cuando alguien de la cultura dominante toma elementos, símbolos, prácticas o rituales de una cultura históricamente oprimida sin permiso. Esto no sólo quita el significado original de esos elementos, sino que tampoco reconoce ni retribuye a las comunidades de origen. También es importante comprender que esto surge de una relación desigual de poder a lo largo de la historia.
Un ejemplo común es cuando personas no afrodescendientes usan dreadlocks o “rastas” como moda, mientras que las personas afrodescendientes a menudo enfrentan discriminación por llevar este peinado ancestral. Otro ejemplo es cuando grandes marcas de moda lanzan colecciones que usan o imitan telas africanas o indígenas, las cuales se venden a precios elevados e inaccesibles para personas de bajos recursos, sin que estas comunidades reciban algún beneficio económico por la apropiación de sus tejidos tradicionales.
El blackface es una práctica que se originó en Estados Unidos durante el siglo XIX, donde personas blancas se pintaban la cara de negro y realizaban una representación estereotipada y ofensiva de las personas negras. Estas representaciones solían mostrar a las personas afrodescendientes como tontas, mal habladas, ignorantes, exóticas, sexualizadas y salvajes, reforzando estereotipos dañinos.
En Argentina, en algunas ocasiones en actos escolares, se pinta el rostro de les niñes con un corcho quemado para representar a personas esclavizadas en la época colonial. Aunque parezca inocente, esto forma parte de representaciones estereotipadas y racistas de las identidades afro. Por lo tanto, es importante abordar estos temas a través de la Educación Sexual Integral para desafiar estas prácticas y promover una educación inclusiva y respetuosa de la diversidad.
La discriminación racial se refiere a los actos de discriminación, hacia personas que pertenecen a grupos históricamente clasificados como “razas inferiores” durante la época de la colonización. Estos grupos incluyen a personas afrodescendientes, africanas, indígenas y asiáticos. Estas conductas discriminadoras refuerzan las desigualdades sociales hacia estos grupos, que a menudo son los más desfavorecidos en la sociedad. Esto puede ocurrir en diferentes situaciones como en la escuela, hospitales, instituciones públicas, el trabajo, la calle, en una comisaría.
En conclusión, la discriminación racial es aquella discriminación que se basa en la apariencia de las personas, su color de piel y su origen étnico-racial.
Son ideas comunes y aceptadas socialmente sobre cierto grupo de personas. Estas ideas se forman al generalizar, es decir, al asignar ciertas características a todo el grupo, sin tener en cuenta criterios objetivos. Los estereotipos implican simplificar y atribuir características generales a todos los miembros de un grupo, a menudo de manera falsa o exagerada, lo que lleva a creer que todas esas personas son iguales, negando su diversidad.
Algunos ejemplos de estereotipos incluyen creer que todas las mujeres son frágiles, que las personas afrodescendientes son buenas bailarinas o deportistas, o que las personas que viven en barrios populares son delincuentes.
La migración se refiere a cuando las personas se mueven de un lugar a otro, cambiando su lugar de residencia. La migración puede ser interna, cuando ocurre dentro de las fronteras de un país, o internacional, cuando alguien cruza una frontera para vivir en otro país.
Las razones para migrar son diversas y pueden incluir factores económicos, políticos, ambientales, personales, familiares o sociales. Según las Naciones Unidas, en 2020, había aproximadamente 281 millones de personas migrantes internacionales en todo el mundo, lo que equivale al 3.5% de la población global.
Según Naciones Unidas, el perfilamiento racial ocurre cuando la policía o agentes de la ley toman acciones contra una persona o un grupo basándose en su apariencia física, es decir su raza y/o origen étnico, sin justificación legítima o un objetivo válido.
Esta es una práctica que refleja el racismo institucional y se basa en estereotipos donde las personas son percibidas como “delincuentes” o “sospechosas” según su raza, etnia, religión u origen nacional, en lugar de basarse en evidencia de un delito real.
Es una herramienta de análisis que nos permite tener una mirada diferenciada sobre la realidad y situación de las poblaciones afectadas por el racismo estructural, como son las personas indígenas y afrodescendientes, que se traduce en desigualdades, empobrecimiento y obstáculos en el ejercicio de sus derechos. Es una perspectiva muy útil en el diseño e implementación de políticas públicas, ya que permite comprender cuáles fueron los procesos que atravesaron esas comunidades, llevándolas a las situaciones de desventaja social y económica en la que se encuentran. De esta forma y bajo esta lente, medidas y acciones a adoptarse deben estar orientadas a revertir estas desigualdades históricas, en todos los ámbitos de la vida de estas comunidades.
En el pasado, el término “raza” se usaba para clasificar a las personas según características biológicas, como el color de la piel o su tipo de cabello. En este sistema, se afirmaba que una raza, en particular la blanca (personas europeas), era considerada moral e intelectualmente superior, mientras que otras razas, como las personas “negras” (africanas), “indias” (indígenas) y “amarillas” (asiáticas), se consideraban inferiores, atrasadas y salvajes. Esta clasificación se utilizó para establecer jerarquías entre personas basándose en sus características físicas, buscando justificar la explotación de aquellas consideradas como inferiores.
En el siglo XX, la ciencia demostró que no existen razas biológicas y sólo existe una raza, la humana. Sin embargo, el proceso de clasificación previo tuvo un fuerte impacto en las estructuras sociales, puntualmente en la continuación del racismo. Por esto, cuando hablamos de la “idea de raza”, nos referimos a una construcción social, teórica, política e ideológica que se refiere a la existencia de razas, aunque biológicamente no sean reales. Esta idea de razas, como la de una raza superior (blanca) y razas inferiores (indígenas, negras, asiáticas), se creó históricamente para justificar la dominación y esclavización de estos grupos. Aunque las razas biológicas no existan, la idea de raza tiene un impacto real en la sociedad y en la vida cotidiana de las personas.
La racialización es el proceso social en el que a las personas se les asigna una clasificación racial, basada en sus características físicas. En este sentido hay dos posibilidades: la racialización positiva hacia las personas blancas, considerándolas superiores y otorgándoles privilegios, mientras que se racializó negativamente a todas aquellas personas no blancas, como las personas negras e indígenas, asumiéndolas como inferiores y generando un sistema de opresión.
Precisamente, esta racialización negativa permitió justificar la esclavitud de personas africanas durante la época colonial, ya que se las consideraba inferiores. En la actualidad, estas ideas racistas persisten y se traducen en discriminación racial y desigualdades sociales hacia las personas afrodescendientes, africanas e indígenas por ejemplo.
El racismo es una forma sistemática de opresión basada en la raza, la cual se manifiesta a través de prácticas conscientes o inconscientes, lo que resulta en ventajas o desventajas para las personas según su pertenencia a determinado grupo racial.
A grandes rasgos, podemos hablar de 3 dimensiones del racismo:
La xenofobia ocurre cuando las personas sienten odio y rechazo hacia quienes son de otros países, o también cuando se agrede a alguien bajo la creencia de que esa persona es extranjera. A diferencia del racismo, que se basa en la “raza”, la xenofobia se basa en la nacionalidad o el origen nacional como motivo discriminatorio. Por ejemplo, si alguien discrimina a otra persona creyendo que es de Bolivia, pero en realidad es argentina, sigue siendo un acto de xenofobia, ya que la motivación es la creencia de que es de otro país.
Acceso a la justicia
Son medidas tomadas desde el Estado para favorecer a grupos de personas, que históricamente han enfrentado desigualdades, teniendo como objetivo reducir esas desigualdades. Algunos ejemplos incluyen establecer un porcentaje mínimo de representación para mujeres en cargos políticos, como el “cupo femenino”, o reservar un porcentaje de puestos en el Estado para la población travesti trans, como el “cupo laboral travesti trans”.
Otro ejemplo es la inclusión de la población afrodescendiente como “grupo prioritario” para acceder a becas educativas, lo que les permite solicitar estas becas sin límite de edad, a diferencia de la población en general que tiene un límite de edad de 24 años.
El acceso a la justicia es un derecho humano fundamental que permite a las personas defender sus derechos ante las autoridades de manera justa y sin discriminación. Esto incluye la capacidad de acudir a un tribunal cuando sentimos que nuestros derechos están en peligro, conocer estos derechos y entender cómo protegerlos utilizando los recursos del sistema de justicia.
Cuando se trata de personas en situaciones de vulnerabilidad, el Estado debe garantizar el acceso a la justicia, como por ejemplo proporcionando servicios de asesoría gratuita y adecuada. Este derecho es fundamental, ya que nos permite hacer valer todos nuestros otros derechos.
Es una forma de proteger nuestros derechos a través de una acción judicial. Con esta acción, podemos solicitar a un juez que proteja de manera urgente nuestros derechos, cuando están en peligro o ya están siendo vulnerados.
Es más rápida que un juicio ordinario porque se centra en proteger los derechos de una persona en peligro. Esta acción está respaldada por la Constitución Nacional.
El asesoramiento jurídico es un servicio que proporciona información y orientación sobre cuestiones legales. Organizaciones sin fines de lucro, instituciones y organismos gubernamentales, ofrecen este servicio de forma gratuita, lo que incluye analizar la situación del consultante para brindar información legal adecuada, también puede incluir una estrategia legal para proteger los derechos vulnerados, como presentarse ante un juez. Estos servicios suelen estar dirigidos a personas en situaciones de vulnerabilidad y con recursos limitados.
La Administración Pública es la encargada de gestionar lo que concierne al gobierno a nivel nacional, provincial o municipal. El Presidente es el líder del Poder Ejecutivo a nivel nacional y supervisa los distintos ministerios, que se encargan de áreas específicas como la educación, salud y seguridad. A nivel provincial, el Gobernador cumple un papel similar y a nivel municipal, el Intendente.
Además, la Administración Pública engloba a todos los empleados y funcionarios que trabajan para llevar a cabo la gestión de asuntos públicos.
El Poder Judicial está compuesto por jueces, tribunales y cortes que se encargan de administrar la justicia. Una de sus tareas principales, es emitir sentencias o decisiones en casos específicos que se les presenten.
Esta conducta ocurre cuando una persona trata injustamente a otra, debido a prejuicios y estereotipos basados en características como la edad, el género, color de piel, origen étnico, entre otras. Esto no sólo afecta la dignidad de la persona afectada, sino que también vulnera sus derechos.
Estas conductas discriminatorias se aprenden socialmente a través de la familia, la escuela y los medios de comunicación por ejemplo, moldeando lo que consideramos correcto o aceptable.
Es una acción u omisión que va en contra de las leyes y que perjudica bienes protegidos como la vida, la libertad o la propiedad. Como consecuencia, quien comete un delito puede enfrentar sanciones legales como penas o castigos.
Nuestras leyes definen qué acciones se consideran delitos y especifican las sanciones asociadas. Ejemplos de delitos incluyen el homicidio, las lesiones, el robo, el secuestro, la extorsión y la estafa, por ejemplo.
Una denuncia es un informe que una persona hace a las autoridades para notificar un acto que va en contra de las leyes. Es un derecho que todas las personas tienen para buscar la intervención de las autoridades cuando sus derechos se ven afectados. Por ejemplo, si alguien es víctima de discriminación racial, puede presentar una denuncia ante una autoridad competente como el INADI en Argentina. De la misma manera, si alguien es víctima de un delito, puede presentar una denuncia en una Fiscalía. En ambos casos, las autoridades están obligadas a recibir estas denuncias y a tomar medidas apropiadas.
Una demanda es una presentación que una persona hace ante las autoridades judiciales, cuando cree que sus derechos han sido vulnerados y el propósito de presentar una demanda, es obtener protección y solución para ese derecho.
Iniciar una demanda implica seguir ciertos requisitos, para terminar con una decisión tomada por un juez, jueza o tribunal.
Los derechos humanos son derechos que poseemos simplemente por ser seres humanos, independientemente de nuestra nacionalidad, género, origen étnico-racial, religión o cualquier otra característica de nuestra identidad.
Estos derechos son fundamentales para garantizar la dignidad y el bienestar de todas las personas, además son protegidos por las leyes y tratados internacionales. La Declaración Universal de Derechos Humanos, adoptada por las Naciones Unidas en 1948, fue un hito importante en la protección de los derechos humanos fundamentales a nivel internacional.
Estos derechos se dividen en varias categorías, que incluyen:
El principio de no discriminació, es fundamental en los tratados internacionales de derechos humanos, pues éste establece que todas las personas tienen derecho a disfrutar de todos los derechos humanos sin distinción de ningún tipo. Esto significa que nadie debe ser tratado de manera desigual o discriminatoria debido a su género, raza, religión, orientación sexual, origen étnico, discapacidad u otras características que hagan parte de su identidad.
La igualdad y la no discriminación son pilares fundamentales, para garantizar que todas las personas tengan acceso a sus derechos humanos en igualdad de condiciones, por lo que los Estados y las autoridades tienen la responsabilidad de garantizar que se respete este principio, así como de tomar medidas para prevenir y eliminar cualquier forma de discriminación.
Este principio se aplica a todos los ámbitos de la vida, incluidos el acceso a la educación, la atención médica, el empleo, la vivienda, la justicia y muchos otros. Además, es esencial para promover sociedades inclusivas y equitativas en todo el mundo.
Los derechos civiles y políticos son un conjunto de derechos, que garantizan las libertades fundamentales y la participación de todas las personas en la vida social y política de sus sociedades. Estos derechos son esenciales para la protección de la dignidad humana y el ejercicio de la ciudadanía. Algunos ejemplos de derechos civiles y políticos incluyen:
Los derechos económicos, sociales y culturales son fundamentales para asegurar el bienestar y el desarrollo de las personas en una sociedad. Estos derechos garantizan condiciones de vida dignas, así como oportunidades para que todas las personas puedan alcanzar su máximo potencial. Algunos ejemplos de derechos económicos, sociales y culturales incluyen:
Estos derechos son interdependientes y se complementan entre sí, por lo que la vulneración de un derecho económico, social o cultural puede afectar la capacidad de una persona para ejercer otros derechos. Por ejemplo, la falta de acceso a una educación de calidad, puede limitar las oportunidades de empleo y, en última instancia, afectar el nivel de vida de una persona.
El derecho a un ambiente sano es fundamental para el bienestar de todas las personas y para la protección del planeta, incluyendo el acceso a un entorno limpio y seguro que promueva la salud y el desarrollo humano. Cabe resaltar, que este derecho se ha vuelto cada vez más relevante en el contexto del cambio climático y la degradación ambiental.
El derecho a un ambiente sano está estrechamente relacionado con otros derechos humanos, como el derecho a la vida, el derecho a la salud, el derecho a la alimentación y el derecho a la vivienda pues, la degradación del medio ambiente y los efectos del cambio climático, pueden tener un impacto negativo en estos derechos fundamentales. Por lo tanto, la protección del medio ambiente es esencial para garantizar el pleno disfrute de todos los derechos humanos.
La desigualdad ocurre cuando en una situación, dos partes se encuentran en posiciones diferentes, teniendo una de ellas ventajas sobre la otra.Se trata de un problema importante en muchas sociedades y puede manifestarse de diversas maneras, como la distribución desigual de la riqueza y los recursos, el acceso desigual a servicios esenciales como la educación y la salud, las oportunidades laborales desiguales y la falta de acceso a viviendas dignas, por mencionar algunos ejemplos. Esta brecha en el acceso a los recursos, puede tener un impacto significativo en la calidad de vida y las perspectivas de futuro de las personas y comunidades.
La discriminación es una conducta, que busca limitar los derechos de una persona de forma injusta temporal o permanentemente, debido a razones como su edad, género, orientación sexual, discapacidad, color de piel, entre otros. Este acto puede vulnerar leyes nacionales e internacionales de derechos humanos.
Es importante recordar que la discriminación no es natural ni inherente a las personas, sino que es un patrón de conducta aprendido socialmente a lo largo de la vida, en el que ciertos grupos son tratados de manera desigual, debido a características que otros consideran como negativas.
La discriminación por interseccionalidad, ocurre cuando una persona es discriminada por múltiples motivos a la vez, como pueden ser la raza, el género, la discapacidad, la identidad de género o la orientación sexual.
El término “interseccionalidad”, se refiere a cómo estas diferentes formas de discriminación se entrelazan y afectan a las personas, creando experiencias únicas de opresión. Este concepto fue creado para comprender las experiencias de opresión específicas, que enfrentan las personas que pertenecen a múltiples grupos marginados debido a estas diversas identidades, para comprender cómo esto influye en su acceso a derechos y oportunidades, así como en su experiencia de opresión o privilegio.
Son aquellas formas de comunicación, ya sean habladas, escritas o a través del comportamiento, que atacan o utilizan un lenguaje peyorativo o discriminatorio hacia una persona o grupo debido a su religión, origen étnico, nacionalidad, raza, ascendencia, género u otros aspectos de su identidad.
Estos discursos propagan prejuicios y estereotipos y su objetivo es justificar, legitimar o incitar a la confrontación y la violencia en la sociedad.
Estas conductas promueven la discriminación y la violencia y, por lo tanto, deben ser sancionadas por las autoridades. En Argentina, la Ley Nacional Nº 23.592 contra actos discriminatorios, establece sanciones para quienes participen en la promoción de la discriminación racial o religiosa, basada en teorías de superioridad racial o religiosa.
La equidad es un principio, que busca reducir las desigualdades sociales y promover la justicia social, especialmente para grupos históricamente marginados. Por lo que se toman en cuenta las circunstancias y características particulares de estos grupos, para crear condiciones que les permitan tener una igualdad real de oportunidades y disminuir las desventajas sociales que atraviesan.
A diferencia de la igualdad, que implica tratar a todas las personas por igual, basándose en la idea de que partimos de las mismas oportunidades y condiciones, la equidad se centra en dar a cada persona lo que necesita de manera justa, reconociendo sus desigualdades.
Es un procedimiento, que permite impugnar una decisión judicial o administrativa que se percibe como perjudicial o injusta, solicitando que una instancia superior la revise con el propósito de modificarla o anularla, ya sea total o parcialmente.
Según la definición de Naciones Unidas, las víctimas son personas que han experimentado daños, como lesiones físicas o emocionales, pérdidas financieras o la vulneración de sus derechos fundamentales, ya sea de manera individual o en grupo. El término también puede aplicarse a familiares o personas a cargo que tengan una relación inmediata con la víctima directa.
La revictimización es un proceso, donde las víctimas no reciben una atención adecuada por parte de las autoridades, lo que puede empeorar su situación. Esto suele ocurrir a menudo con personas en situaciones de vulnerabilidad, lo que resulta en una nueva vulneración de sus derechos.
Por ejemplo, en un caso de revictimización, una persona afrodescendiente que denuncia discriminación racial puede ser maltratada a la hora de denunciar su caso o también puede recibir un asesoramiento deficiente debido a prejuicios raciales, lo que se considera una forma de violencia institucional y revictimización.
La violencia institucional, es la vulneración de los derechos hacia las personas por parte de trabajadores estatales. Originalmente, se refería a casos de vulneración de derechos y violencia perpetrada por agentes de la policía y el sistema penitenciario. Sin embargo, en la actualidad se considera violencia institucional a cualquier vulneración de derechos, que sea causada por trabajadores estatales en cualquier nivel y dependencia del Estado.
Algunos ejemplos de violencia institucional incluyen la violencia obstétrica por parte de profesionales de la salud contra personas embarazadas, la negativa de atención médica en hospitales públicos, la falta de registro de denuncias por discriminación y la detención arbitraria de jóvenes de comunidades desfavorecidas.
La violencia laboral, según la definición de la Oficina de Asesoramiento sobre Violencia Laboral del Ministerio de Trabajo de la Nación, es una situación recurrente y sostenida en el tiempo que no deja señales externas visibles, (a diferencia de la violencia física) e implica un abuso de poder en el entorno laboral, con el objetivo de someter a otra persona.
Esta violencia puede manifestarse de diversas formas, como violencia física y psicológica, acoso y abuso sexual y además, puede ocurrir tanto en relaciones jerárquicas (de un jefe a su subordinade o viceversa) como entre colegas en el mismo nivel jerárquico.
Se refiere a la situación en la que ciertos grupos de la sociedad tienen un acceso limitado a sus derechos, debido a las desigualdades existentes en la estructura social.
Cabe mencionar que no es apropiado hablar de “personas vulnerables”, porque la vulnerabilidad es el resultado de un sistema que perpetúa desigualdades y coloca a estos grupos en desventaja.
Algunos ejemplos de grupos en situación de vulnerabilidad incluyen a las personas desempleadas o empobrecidas, infancias y adolescencias que viven en condiciones de pobreza y tienen dificultades para acceder a la educación o mujeres empobrecidas que son madres solteras y enfrentan desafíos adicionales.